Antes de ponernos a desarrollar cualquier plan de marketing tenemos que trazar una estrategia, pero a menudo plantear los objetivos, y que sean reales y alcanzables, suele ser la parte más complicada. Llegar hasta ellos sin perder fuelle, es un reto que si tenemos en cuenta una serie de consideraciones previas, se hará mucho más sencillo.

Proyecta tu estrategia por fases

Que los objetivos de una estrategia de marketing deben estar en sintonía con las metas del negocio, no es una novedad. Es necesario que la táctica sea rentable en el menor tiempo posible, lo equivalente a máximo un año, pero también ofrecer la solidez y garantía de un proyecto a medio y largo plazo, que permita consolidar en el mercado nuestro negocio y hacerlo competitivo. Simplemente con un diagrama podemos dibujar la estructura a futuro del negocio y que este mapa sirva de base para definir cada acción promocional de nuestra marca.

Identifica la temporalidad de tu negocio

Analizar e identificar las épocas más prósperas de ventas en nuestra empresa, y aquellas en las que se vende menos es una buena medida para fijar de qué manera invertir en las distintas campañas, tanto las temporales como las que se proyecten de continuo. Al mismo tiempo, estas campañas deben servir para que incluso en las épocas en las que nuestras ventas son menores, se establezca un posicionamiento constante de nuestra marca.

Storytelling de contenidos alineado con nuestra meta final

Toda empresa debe proveerse de diferentes herramientas con las que ser capaz de explicar sus servicios y hacer que la gente entienda sin mucho esfuerzo. Para ello, muchas de ellas se basan en la táctica del storytelling, que no es más que explicar lo que ofrecemos a través de historias que nos identifiquen y den valor a nuestra marca. Con esta herramienta podemos subirnos al carro de una información de actualidad o sumarnos a la celebración de un aniversario, pero sin dejar de lado el objetivo final de mi acción ni las metas estratégicas que se plantea la empresa.

Medir, mapear y calendarizar

Una vez más, elaborar un diagrama puede ser una buena solución para priorizar el desarrollo de temas o contenidos de interés que queramos elaborar en relación con nuestro negocio. Definir temas y subtemas ayuda a generar matrices orientadas a resultados. También es necesario definir la cantidad de publicacionesque tendrá cada tópico, así como su calendarización. Este trabajo es de vital importancia para medir resultados y saber si los esfuerzos están teniendo éxito con la audiencia.

Establece tu propio embudo de conversión

Tu estrategia de contenidos y tus campañas te devolverán como resultados una serie de prospectos y leads. Todos estos datos debemos introducirlos en un embudo de conversión donde orientar a esos leads hacia la conversión a venta. El flujo que se establece son embudos que se basan en las acciones del usuario, dependiendo de si han mostrado interés por un producto (un clic, por ejemplo lo interpretamos como usuario interesado) o no. Una vez tenemos a este potencial cliente “caliente” para la conversión podemos enviarle un nuevo mensaje o sugerirle un producto similar para reforzar su interés.  Del mismo modo, si nuestro lead no muestra interés por nuestro producto  podemos ofertarle un nuevo correo con más información o promociones interesantes. Este proceso puede automatizarse y funciona en base a los Sí y los No.