A pesar del entorno de crisis económica global, la economía digital está experimentando importantes crecimientos año tras año, convirtiéndose en uno de los principales motores de desarrollo.

Ante todos estos cambios no podemos permanecer inmutables, ya que esta nueva tecnología ha generado distintos modelos de negocio y empresas que, en pocos años, ya se han erigido como líderes en sus sectores.

En países como Gran Bretaña y Estados Unidos, por ejemplo, Internet ya es el primer medio por audiencia: solo en el 2010, en los Estados Unidos, la inversión publicitaria online superó por primera vez a la tradicional. Una tendencia que se ha ido consolidando y ampliando en la actualidad.

Del mismo modo, la transformación digital impacta en la estructura y forma de trabajo organizacional e influye positivamente en los puestos de trabajo en aspectos como la eficiencia, comunicación, capacitación y flexibilidad. 

Nuevos escenarios

La revolución tecnológica ha traído, además, necesidades que las empresas e industrias han suplido con nuevos puestos de trabajo. Se podría decir que el Internet ha generado curiosas y exigentes profesiones: especialistas en protección de datos, webmasters, programadores de aplicaciones móviles, coolhunters, o ingenieros de software, por mencionar algunos de los trabajos creados.

Este nuevo paradigma busca que los profesionales se enfrenten constantemente a nuevos retos y desarrollen nuevas habilidades para que no solo sean competitivos, sino también sepan adaptarse a la incesante evolución del mercado.

Actualmente, la responsabilidad de llevar a cabo una buena gestión de la imagen de la marca a través del mercado digital, es un trabajo que se compete al nuevo profesional de la revolución digital: el emprendedor digital. Una empresa que carezca de este ejecutivo, está perdiendo la posibilidad de ingresar a un canal tan importante para el presente y el futuro de la sociedad.